Leonardo Araya Valdebenito

Ingeniero Forestal

Hoy existe una preocupación mundial por la pérdida de biodiversidad en el planeta. Se publican listas, reportes y artículos científicos sobre la extinción de especies en todo el mundo. La última lista corresponde a las 23 especies extintas solo en Estados Unidos en los últimos años, entre ellos el pájaro carpintero de pico marfil (Campephilus principales).

En todas estas listas no aparece ninguna especie chilena.

Esto no es casualidad, ni fruto del azar. No existen extinciones en Chile gracias a un trabajo de años en materia de conservación de la biodiversidad que es un ejemplo a nivel mundial. La investigación en Chile sobre especies en peligro fue fuertemente impulsada por CONAF en la década del ochenta, con la publicación de los Libros Rojos de Chile de la Flora y de la Fauna.  Esta iniciativa fue exitosa en identificar poblaciones de todas las especies que se consideraba en más precaria situación, tales como la Avellanita bustillosii, vista y citada por última vez por Karl Reiche a principio del siglo veinte, y que en la actualidad cuenta con varias poblaciones identificadas y con monitoreo permanente. La Valdivia gayana, con una única población conocida en la plaza de Corral, y ahora con varias poblaciones conocidas y catastradas; o la Gaultherya nubigena, protegida en el Parque Nacional Conguillío. Podríamos seguir enumerando varias más, con nombre y apellido, que reflejan el tremendo trabajo que se realiza en Chile en esta materia, en su gran mayoría impulsada por la CONAF, a partir de la década de los ochenta. 

Hoy CONAF tiene un catastro de todas las especies identificadas en los Libros Rojos con problemas de conservación, comenzando con las once especies declaradas en peligro.  Con este catastro se identificaron especies y poblaciones no protegidas y se comenzó con la tarea de protegerlas. Se crearon para ello:

  • La Reserva Bellotos del Melado, para proteger el Belloto del Sur.
  • La Reserva Nacional Los Queules, con tres especies de la lista, queule, pitao y michay rojo.
  • El Monumento Natural Los Cardones, en Arica, para proteger esta notable especie del desierto.
  • La Reserva Nacional Los Flamencos, 1990, para proteger esta emblemática especie.
  • La Reserva Nacional Pingüino de Humbolt, 1990 para proteger esta notable ave chilena.
  • El Parque Nacionales Llullaillaco (1995), el Monumento Natural Paposo Norte (2013) y el Parque Nacional Morro Moreno, Todos en la Región de Antofagasta y en Atacama el Parque Nacional Llanos de Challe, y Parque Nacional Nevado Tres Cruces, para proteger la notable y muy frágil flora del desierto, con varias especies en peligro y vulnerables.
  • En la Región Metropolita la Reserva Nacional Roblería del Cobre de Loncha (1996).
  • La Reserva Nacional Altos de Lircay en la Región del Maule, 1996.
  • El Parque Nacional Nonguén en Concepción (2009), y la Reserva Nacional Altos de Pemehue (2009). Ambas en la Región del Biobío.
  • En la Región de Los Ríos la Reserva Nacional Mocho Choshuenco (1994).
  • En la Región de Los Lagos el Parque Nacional Corcovado (2005) y el Parque Nacional Alerce Costero  (2010).
  • Se amplió las reserva Los Ruiles de las 45 hectáreas originales a 324,7 hectáreas, en Maule.

En 1980, antes de que CONAF asumiera la tarea de proteger la biodiversidad como parte de la gran tarea de conservación de la naturaleza, el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) contaba con tan solo 45 unidades, que abarcaban 9,76 millones de hectáreas, un 13 % del territorio nacional.  Hoy el SNASPE cuenta con 106 unidades, que abarcan 18,5 millones de hectáreas, en todas las regiones del país, abarcando el 25 % del territorio nacional.

Cuando la CONAF decide dar un impulso a esta tarea, a comienzos de los ochenta, parte con la contratación de un estudio al destacado Profesor de la Universidad de Chile, Rodolfo Gajardo Michell, para hacer un Sistema Nacional de la Vegetación de Chile. Un Sistema  que permitiera evaluar la representatividad del SNASPE, su valor en la tarea de conservación, así como los forados que pudiera tener.  Se crea el Sistema Nacional de la Vegetación chilena. También se solicita al Profesor Gajardo un primer catálogo nacional de la Flora vascular de Chile, que a la fecha no existía, el actual catálogo de la Universidad de Concepción salió, en su primera versión, a fines de los ochenta.

Con estos antecedentes se organizó la primera reunión científica chilena para determinar las especies de flora con problemas de conservación, del 27 al 30 de agosto de 1985, participando científicos, tales como Edmundo Pizano, Clodomiro Marticorena, Mélica Muñoz, Oscar Matthei, Luisa Navas, Guillermo Rodríguez, y por supuesto Rodolfo Gajardo, todos reunidos por CONAF para esta gran tarea.  Dos años después, se realizó el Simposio de Fauna, del 21 al 24 de abril de 1987, con 64 participantes, entre ellos Jurgen Rottmann, Miguel Stutzin, Ivan Benoit, Daniel Torres y José Yañez.

De esta manera CONAF creó un marco de referencia sólido que le permitió desarrollar un trabajo sistemático y efectivo. Hoy sabemos que las amenazas más críticas se concentran en las islas del Archipiélago de Juan Fernández, con una docena de especies en situación crítica. Estas islas fueron devastadas por aventureros y pescadores durante el siglo diecinueve y principios del siglo veinte. En 1935 se creó el Parque Nacional y desde fines de los años setenta CONAF comienza una acción más sistemática de protección, que tiene su punto culminante con el rescate de la especie Wallenbergia larrainii (a veces considerada la misma especie que W.fernandeziana), especie de la que quedaba un único ejemplar, y se trataba de esas especies que florecen una vez en la vida y mueren. La profesional de CONAF Marcia Ricci descubre que ese único ejemplar está floreciendo y quedó vigilante hasta que maduraron las semillas, con la muerte de este último ejemplar. Marcia estaba allí, cosechó las semillas y hoy tenemos esta especie cultivada en el Jardín Botánico de Viña del Mar salvada de la extinción. ¿Cuántas personas, cuántas instituciones en el mundo pueden relatar una historia como esta? La tarea en Juan Fernández todavía es gigantesca y no tomará menos de un siglo, pero en esta gran tarea ya lleva al menos 50 años de estudio y trabajo.

La última especie de árbol que se extinguió en Chile es el sándalo de Juan Fernández, cuyo último ejemplar fue visto por el naturalista sueco Skottsberg en su primer viaje el año 1908. Cuando volvió la segunda vez  a Juan Fernández, en 1916, ya habían cortado este último ejemplar.

22 especies de árboles se han extinguido en Chile, de ellos 21 en la isla de Pascua, todas antes del año 1722, antes de ser descubierta por el navegante neerlandés Jakov Roggeveen. El Bromus mango, cereal cultivado por los mapuches, fue visto por última vez por Johow, en 1915, en Contulmo.

Esta es la realidad de las historia de extinciones en Chile. No existen extinciones en el último medio siglo. Las especies que en la década del ochenta parecían al borde de la extinción hoy ya no lo están, aunque su situación siga siendo de cuidado. Y por ello no vemos ni veremos ninguna especie chilena en ninguno de los listados de especies extintas que hoy se publican en el mundo.

Para lograr estos resultados CONAF no requirió de ninguna ley, simplemente asumió el desafío como algo inherente a su misión institucional.

Pero esta situación hoy puede ser cambiada. Hoy se discute la creación de un Servicio de Biodiversidad, proyecto redactado por el Ministerio del Medio Ambiente, que no posee experiencia ni ha participado en esta historia de 50 años de protección de la biodiversidad y la naturaleza en Chile. Este proyecto de ley pretende acabar con esta historia, que de hecho es totalmente desconocida para los expertos que la redactaron, los que solo pretenden vestir al Ministerio del Medio Ambiente con ropa ajena, destruyendo de esa forma 50 años de trabajo de protección de la biodiversidad y la naturaleza en Chile.  50 años de trabajo que hasta hoy nos permiten decir con orgullo: Ninguna especie en Chile aparece en los listados de extinción en los cincuenta años.